Hay una bárbara costumbre que va más allá de la crueldad y de la defensa de la biodiversidad.
La noticia ha sido publicada en menéame. Espero que llege a portada.
Parany, la trampa mortal
Cada año, en otoño, cientos de miles de aves protegidas son capturadas y mueren en los más de 1.500 paranys y barracas ilegales que se distribuyen a lo largo de las comarcas de Castellón, norte de Valencia, sur de Tarragona y parte de Aragón. Esta modalidad tradicional de caza está prohibida por diferentes leyes, pero se sigue practicado gracias a la tolerancia de las autoridades locales y al respaldo de los partidos políticos, que anteponen la defensa de una cruel «tradición» practicada por unos pocos al deber de conservar la biodiversidad.
El primer comentario a esta noticia es mío.
#1 Estoy viendo con asombro que son pequeños pájaros insectívoros. En muchos sitios se gasta bastante dinero en la protección de estas aves para preservar a los bosques de un número creciente de plagas de insectos. Esta barbaridad merece mi más enérgica repulsa. Esto debe de llegar a portada. Es muy grave.
En mi humilde opinión las sanciones deberían ser mayores y debería crearse un dispositivo que velara por el cumplimiento de la ley por la crítica situación de plagas que afectan a muchos de ellos.
Medio Ambiente recuerda que la caza de pájaros insectívoros está penalizada
La caza de estas aves está sancionada por el Código Penal. Una sentencia reciente condenó a un infractor a una multa de 3.600 euros y a dos años y medio de retirada de cualquier licencia de caza.
Sobre la foto a la izquierda. El petirrojo europeo (Erithacus rubecula) es un pajarillo descarado y en zonas rurales cercanas a los bosques es frecuente verle entrar en las casas y quedarse cara a cara a poca distancia de sus habitantes esperando alguna miguita de pan en recompensa a su valor. Basta acostumbrarle con la presencia de miguitas o de frutos secos todos los días a la misma hora en el umbral de puerta y el día que nos retrasemos entrará a reclamar lo que es suyo.
Doy fe de ello.
Sobre la foto de portada, el herrerillo común (Parus (Cyanistes) caeruleus) puedo decir que de jovencillo crié a cuatro de ellos que se habían caído del nido. No tenían plumas y los saqué adelante hasta que aprendieron a volar. La madre los escuchaba y los llamaba todos los días, un buen día cuando ya estaban fuertes para volar, dejamos la ventana abierta, y los muy ingratos, salieron volando por la ventana y se reunieron con ella. Pude verlos a todos en la misma rama. Ni se despidieron siquiera.
Yo hace tiempo en la escuela de ingenieros agrónomos compré una caja nido para insectívoros y luego me dediqué a fabricarlas y a colgarlas de los árboles. Son el mejor insecticida natural que existe.
Conclusión:
La caza con liga es ilegal y los pájaros insectívoros están protegidos por su utilidad. Mire por donde se mire, su caza es una práctica deleznable. Eso no es cultura, eso es incultura, y si hay gente que confunde una cosa con la contraria habrá, que poner solución a tanta incultura mediante la aplicación de la ley.