Ni siquiera los medios de comunicación supuestamente defensores de la libertad, están por la labor de defender nuestras libertades ciudadanas en lo referente a temas básicos de comunicación. ¿Acaso no tenemos derecho de prescindir de intermediarios para acceder a la información y a la cultura?

El Juzgado de lo Penal 4 de Pamplona ha absuelto a Javier M.B. del delito contra la propiedad intelectual del que fue acusado por haberse descargado de Internet 3.322 películas y un número indeterminado de piezas musicales. La sentencia considera probada que estas descargas se realizaron sin consentimiento de los titulares de los derechos de autor» pero para «uso particular» o «intercambio con otros internautas». La reacción de los medios de comunicación ante una sentencia favorable a los internautas no ha sido la misma que cuando se dio el caso contrario en que fueron condenados.

El cuarto poder ya no es lo que era.

El cuarto poder ya no es lo que era.

Los mindundis que sustentamos con nuestro trabajo todo el sistema productivo, somos en realidad carne de cañón para los poderosos lobbys de la propiedad intelectual que eligen palabras como piratería, y delito para calificar los lícitos intercambios de contenidos sin ánimo de lucro. Estos son enemigos del progreso por pura melancolía de tiempos mejores donde no tenían que competir en un mundo con la libertad de comunicación que tenemos ahora. Tiempos donde toda forma de comunicación podía ser mediatizada controlada y rentabilizada para los intereses económicos de unos pocos. La imprenta, la radio y la televisión tenían esas características que tanto añoran ahora estos nostálgicos.

Pero Internet no es fácilmente controlable. Internet para estos lobbies es un invento diabólico. Antes  la difusión de contenidos estaba siempre  limitada mediatizada, centralizada y funcionaba de modo unidireccional, pero con Internet  se permite una comunicación plena de todos con todos a escala global y sin intermediarios. El victimismo de estos intermediarios es comprensible. «¡O tempora, o mores!» (¡Oh tiempos!, ¡oh costumbres!.) Un victimismo sumamente agresivo, poderoso en grado de incontenible habida cuenta de los fuertes intereses económicos que controlan.

Los cambios sociales derivados de la aparición de Internet, son por pura lógica muy profundos. Ese victimismo tan irresponsablemente aireado por los medios de comunicación que son parte de ese poderoso lobby parece ignorar que no solo el acceso a la cultura, sino muchas cosas más están cambiando de forma irreversible gracias a Internet. Conozco varias asociaciones culturales sin ánimo de lucro que han desaparecido o lo están pasando muy mal, porque cosas que antes solo podían obtenerse desde el asociacionismo, ahora se pueden conseguir  rápidamente entrando en Internet y sin necesidad de afiliarte o comprometerte con nadie y sin pagar una cuota. Podemos hacer una montaña de un grano de arena y culpar a Internet de la destrucción del asociacionismo,  del cine y otras industrias poderosas, y también de muchas cosas más, o por el contrario tirar para delante y aceptar que hemos elegido darnos un sistema de comunicación global que se ha convertido en un bien social básico importantísimo y que no puede medirse en euros o dólares.

La cultura no está amenazada por Internet. Lo que está siendo amenazado son los negocios que se lucran traficando con bienes culturales protegidos por unos derechos de autor desmedidos (en Europa 70 años después de la muerte del autor) y que solo buscan acaparar los ingresos de ese comercio que empieza a resultar absurdo para estos tiempos porque necesitan  inventar best sellers y elevar a sus autores en los altares de la fama y convertirles en millonarios para así poder generar pingües beneficios a la poderosa industria que ignora todo lo demás..

Entre otras cosas leemos menos libros porque ahora también leemos en Internet. Si el libro en papel desapareciera (lo dudo mucho) lo haría porque surgiría un formato mejor. El libro electrónico tiene muy baja aceptación pero ya es percibido como una amenaza por los negocios editoriales tradicionales.

Es tamos viendo como estos poderosos lobbies atacan los derechos de los internautas porque con Internet no sol,o se beneficia la economía de los poderosos sino que ha surgido una alternativa que permite un inmenso beneficio cultural para los ciudadanitos de a pie, y para colmo es gratis. Me temo que  esta competencia desigual es pese a todo legítima y eso es lo que molesta.

Muchas veces para localizar la clave de un asunto basta con hacerse las preguntas adecuadas porque lo que ocurre con los temas que afectan a los negocios de contenidos protegidos por Copyright, es que mueven tal cantidad de dinero que de facto se convierten en un poder incontenible bajo el cual sucumben las voluntades de los políticos y la presunta imparcialidad de los medios de comunicación.

E.Dans con un gran ojo crítico y con razones de sobra se pregunta: ¿Dónde están los titulares?

A los medios de comunicación les dedico una gran boñiga por su servilismo a los poderes fácticos que tanto agobian a los ciudadanos, y les hago ver que la libertad que tanto reclaman para sí mismos nos la niegan a los demás con la parcialidad de sus portadas. Vergüenza debería de darles.