Existe un debate sobre el anuncio de la puesta en marcha del impuesto del patrimonio, y el límite que se está discutiendo como el límite de ingresos que delimitará y separará la clase media de la clase alta.
En mi opinión, con independencia de ese límite, hay que tener mucho cuidado con la delimitación de lo que entendemos por clase media.
Sé que con ello me meto en un asunto muy polémico y algunas de las cosas que diga no gustaran a todo el mundo.
Para mí el criterio no ha de ser únicamente el dinero, sino el poder en su totalidad, ya que es lo que les convierte en una élite enemiga de la gigantesca clase media.
Para empezar señalaré algunas actitudes que no me gustan, porque distorsionan en mi opinión una lucha de clases que en su inicio estaba muy bien planteada y que corre riesgo de desdibujarse.
La tentación de actuar como justicieros:
Tuvimos en Murcia un intento de robo masivo a unos grandes almacenes, para dar comida a los hambrientos, los desahucios que empezaron con el buen criterio de paralizar las expropiaciones de los bancos, ahora intervienen en desahucios de arrendatarios de renta antigua, en Londres hubo una revuelta que terminó en asaltos a los comerciantes, para robar artículos que no era siquiera de primera necesidad.
Detrás de todo eso reconozco que hay un sentido de justicia social, pero también hay una falta de visión estratégica, porque se pierde de vista al verdadero enemigo causante de nuestros peores males.
La clave es darse cuenta que estamos ante una lucha de clases:
En mi opinión, estamos ante una lucha de clases, y si nosotros no sabemos cuál es la clase a la que tenemos que combatir, difícilmente lograremos nuestros objetivos. Dividir el 15M provocaría que las manifestaciones fueran perdiendo fuerza.
En 2008 escribí un libro (de libre descarga) “La maltratada clase media” (En Febrero de 2009 hice la última reedición), son 101 páginas de opinión sobre economía , escrito por una persona sin apenas conocimientos relativos a esa disciplina, y que simplemente se considera un buen observador.
Yo admito que no tengo ni idea de cual sería la cifra adecuada para poner un impuesto de patrimonio, y la verdad, es que no me preocupa mucho donde se ponga ese límite.
Lo que si me preocupa es la amenaza de radicalización excluyente en el seno del 15M que confirmarse, podría adelgazar el colectivo de la indignación considerando sólo clase media a una parte, que aun siendo numerosa, no representaría a todos los indignados, ni a toda la clase productiva del país, ni a la que realmente genera riqueza.
Cada cual que ponga los límites donde le parezca, a mí me interesa situar el límite de la clase media alta con el de la clase ata en relación a unos criterios de la lucha de clases que está produciéndose en el contexto actual.
Para ello tenemos que separar a la clase productiva de la clase puramente especuladora.
Tenemos que recordar contra quienes estaban dirigidos los lemas de las pancartas del 15M.
Lo peor que podemos hacer es perder de vista a nuestro enemigo, y dedicarnos a causar daños colaterales en nuestras propias filas.
Importancia estratégica de la fortaleza de una clase media alta:
En mi opinión, la clase media alta también es clase media, y además es una parte muy necesaria de la clase media para los objetivos del 15M por varios motivos. El motivo principal es que esta clase media alta, es la única capaz de frenar mínimamente al monstruo del gran capital. Desde un punto de vista estratégico, considero a las pymes en estos momentos como uno de nuestros mejores aliados, y tal y como dije antes empiezo a ver cierto movimiento izquierdista, que con la intención de hacer justicia social, podría terminar causando más mal que bien en el seno del movimiento.
Favorecer a las pymes en contraposición a las grandes corporaciones es corregir el principal error económico fruto de la globalización, que no fue otro que la indeseable concentración de poder sobre las grandes corporaciones financieras.
La clase media alta me parece socialmente muy beneficiosa, genera empleo, y no tiene el poder de los grandes especuladores ni hace uso de la ingeniería fiscal de los grandes monopolios, ni hace uso de paraísos fiscales, ni están en el mercado de valores, ni van a Moncloa a reunirse con Zapatero para decirle como tiene que gobernar .
Considerando a la clase media alta como si fueran clase alta, se está dividiendo de forma peligrosa el movimiento 15M para convertirlo en un movimiento de izquierdas que perdería mucha fuerza, y sería hacer un inmenso regalo para el gran capital.
Las pymes no son enemigos del sistema, son las victimas del sistema, porque este se ha globalizado y ha apostado por crear corporaciones monstruosas, con tanto poder que superan al poder político. Son ellos los que gobiernan. Son ellos los que fabrican las crisis. Son ellos los que salen reforzados de las crisis. Son nuestros enemigos.
Mucha gente cree que cuanto más dinero se recaude con el impuesto del patrimonio, más le llegará a él, pero olvidan el efecto perjudicial que tendría sobre las pymes y por lo tanto muy beneficioso para el gran capital que es experto en eludir impuestos.
Retrato de la clase media alta:
Las ciudades están llenas de pequeños comercios, que han sido víctimas de la avaricia recaudadora de un estado que les ha mandado a la quiebra en demasiadas ocasiones por los impagos de las administraciones. Además, estos negocios tienen que competir con las estrategias agresivas del gran capital. La pequeña y mediana empresa genera mucho empleo y está siendo muy maltratada desde una política que se limita a beneficiar al gran capital.
Las pymes no son el gran capital, son el enemigo del gran capital. Por eso son clase media.
Las pymes desaparecen y mueren asfixiadas por la crisis, y por la retirada del crédito de los bancos. No les demos la puntilla.
Retrato de la clase alta:
La clase alta son unos pocos miles de personas que concentran todo el poder financiero.
“47.000 personas pagaban la mitad de todo lo recaudado por el patrimonio”
Mollinedo aplaude ahora que el Gobierno medite recuperar este impuesto. “Cuando el PSOE empezó a hablar de suprimirlo se acuñó una frase: ‘Bajar impuestos también es de izquierdas’. Parece que ahora subirlos también es de derechas»En 2008, cuando Zapatero, cumpliendo su promesa electoral, suprimió el impuesto de patrimonio, la Unión Nacional de Funcionarios de Gestión de Hacienda, el sindicato mayoritario en el cuerpo técnico de la Agencia Tributaria, se opuso. “Zapatero y Solbes alegaron entonces que se había convertido en un impuesto sobre las clases medias y que se había quedado obsoleto. Pero no es cierto. La tabla del último ejercicio de recaudación, en 2007, muestra que apenas 47.000 personas con patrimonios superiores al millón y medio de euros pagaban la mitad de la recaudación total por este impuesto (2.121 millones)”, explica el secretario general del sindicato, José María Mollinedo.
La crisis actual ha sido el fruto una política permisiva con los monopolios que han gozado del privilegio inmerecido del autocontrol que nunca se concede a las pymes.
Las grandes fortunas continúan ganando dinero con la crisis despidiendo trabajadores creando empleo basura, llevándose la producción al extranjero para usar mano de obra barata y acumulando riquezas en paraísos fiscales.
Las grandes empresas no tienen fronteras, son de ámbito global, su efecto dañino es padecido en los países donde los monopolios se dedican a destruir a las pymes para suprimir esa competencia para una vez monopolizado todo el mercado hacer su santa voluntad.
Los grandes bancos, las eléctricas, las grandes empresas de telecomunicaciones, las empresas ferroviarias, el lobby del copyright, La Iglesia católica, las petroleras, los grandes almacenes, los grandes constructores, son el gran capital, y están aliados con el poder político, el judicial, y el mediático, para exprimir a toda la clase media. Las pymes son la competencia de estos grandes monstruos.
Conclusión:
La izquierda no es la solución, nunca lo fue, la solución es toda la clase media unida contra la clase alta.
En mi opinión, el matiz de este enfoque puede ser la clave del éxito de la lucha de clases actual, porque la clase alta es en definitiva el grupito de cuatro gatos que nos están machacando y a los que estamos favoreciendo cada vez que atacamos a la clase media alta.
La izquierda se equivoca cuando ataca a la víctima fácil que son los que tienen un poco más que la media, porque con eso no hacen otra cosa que facilitar el trabajo sucio del gran capital que es al que hay que combatir entre todos, cuantos más mejor.
Las pymes a efectos de los objetivos del 15M también son clase media, y si les hacemos pupa estaremos alimentado a los monstruos del gran capital con sus cadáveres.