En Madrid se ha producido una manifestación pro-vida. ¿Significa que los que no estemos de acuerdo somos pro-muerte?
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No pretendo contestar con evasivas, pero no hay forma de dar una respuesta rápida salvo que se opte, por ofrecer una respuesta arbitraria, tajante , cargada de prejuicios y de contenido ideológico. Para mí la respuesta es evidente, pero seguramente mi respuesta no va a resultar de mucha utilidad para los que quieran usar el concepto de ser humano para una argumentación profunda y trascendente, o para justificar alguna postura política en particular.
La ministra de igualdad, (curioso ministerio) Bibiana Aído dijo que un feto de 13 semanas «es un ser vivo» pero no «un ser humano». Esta «miembra» (bonito palabro acuñado por ella misma) del equipo de gobierno del señor Rodríguez Zapatero parece cumplir de modo admirable la función de distraer a la opinión pública con su torpeza dialéctica. Es evidente que con una respuesta así alguien le va a preguntar en que momento empieza el feto a ser considerado humano y por qué. ¿Alguna razón objetiva para usar ese lapso de tiempo para negar la condición humana a un feto? No es la única polémica suscitada, pero nos estamos centrando solo en la alusión a la condición humana o no del feto.
Bibiana Aido ha entrado en un jardín en el cual ni siquiera sus compañeros de partido pueden entrar para intentar ayudarla. La afirmación de que «Un feto de 13 semanas es un ser vivo pero no es un ser humano» suscita tal cantidad de preguntas sin respuestas que los demás compañeros con dos dedos de frente no podrán sino echar balones fuera.
La cuestión de fondo sobre lo que es un ser humano o no, siempre está enredada en otro tipo de cuestiones puramente ideológicas o políticas ya que a ser humano se le conceden unos derechos inalienables.
Por ejemplo La Iglesia (Santa Sede) pretende usar este concepto en el sentido de que la vida del ser humano es sagrada y que esta comienza en el momento de la concepción. Es decir, en el momento en que óvulo y espermatozoide se funden en una sola célula llamada cigoto. Desde un punto de vista científico se trata sin duda de un momento muy especial. Quizás el más especial de todos porque es el momento en el cual por primera vez queda establecida la dotación genética del individuo fruto de esa unión, que será único. A la iglesia no le interesa hacer otro tipo de consideraciones y supedita todo a este principio para ellos sagrado.
La cosa podría ser aceptable de no ser por las consecuencias prácticas derivadas de tales ideas. Calificar interrumpir el embarazo de un embrión con pocos días como asesinato es olvidar la condición de la madre, que además de ser humano, siente y padece porque convertir la interrupción del embarazo en algo punible en grado de asesinato obviando cualquier tipo de circunstancia, es algo que solo se puede entender desde la secular visión machista de La Iglesia. Recordemos que la polémica se sitúa en la penalización o no del aborto, y desde un punto de vista político se puede adoptar una medida u otra al margen de consideraciones metafísicas.
Un ser humano en coma irreversible, también es un ser humano, pero tampoco siente ni padece, y los familiares son seres igualmente vivos, pero además sienten y padecen de forma especial por estar obligados a velar por un ser humano reducido a una forma de vida puramente vegetativa.
Para mí, un aborto no es ni un asesinato, ni tan siquiera un homicidio, es un aborto. Es una privación de vida a un ser que no es funcionalmente completo, pero que está destinado a ser igual de completo que cualquier otro ser humano si se le concede la oportunidad de desarrollarse, y en el sentido de conceder o no oportunidades, convendría tener en cuenta no solo los derechos de ese ser funcionalmente incompleto sino los de otros seres involucrados en su nacimiento y en su posterior responsabilidad de mantenerlo y hacer de él un ser adulto.
Permitirme que me cite a mí mismo porque no es la primera vez que surgen estos temas. Concretamente ya trate algunos de estos temas en mi artículo titulado ¿Es la vida un don sagrado?
«La ciencia ha demostrado, con hechos perfectamente constatables, que el hombre deriva de la evolución de algún tipo de simio ancestral. Éste evolucionó progresivamente hasta originar un homínido primitivo y éste continuó evolucionando hasta el ser humano.
La pregunta del millón, es ¿en qué preciso instante adquirió ese ser la condición sagrada humana? ¿Fue por la noche mientras dormía? ¿Fue al tocar con sus dedos un monolito ortoédrico de proporciones 1,4,9, y de origen alienígena?
La religión maneja términos absolutos porque de esa forma no admiten discusión, y estás con ellos o no lo estás.»
En la figura de Ontogenia vs. filogenia, lo único que me interesa destacar son los parecidos entre embriones. la teoría de Haeckel en su sentido literal es errónea, pero también es evidente que existe una similitud mayor en las fases tempranas de la embriogénesis entre organismos relacionados filogeneticamente. Esto es así porque las mutaciones que afectan a fases tempranas del desarrollo suelen ser letales. La cuestión es que si nos remontamos lo suficiente un embrión humano no se distingue mucho anatómicamente de un embrion de otro mamífero. las diferencias están en el código, pero se van manifestando de forma gradual.
Paciencia, estamos llegando al punto clave de la cuestión para poder responder ¿Qué es un ser humano?.
Hace 40.000 años convivían Homo sapiens, Homo neanderthalensis, y posiblemente también con Homo erectus javanensis, aunque todos ellos en distintos continentes, pero ¿acaso las otras dos especies eran igualmente humanas y se extinguieron?, o por el contrario ¿debemos concluir que la condición de humano solo sería aplicable a Homo sapiens?
Si así fuera y nos remontáramos a 200.000 años atrás, el Homo sapiens ya no existiría, surgió gradualmente por evolución de su ancestro Homo helmei, el cual apareció hace unos 300.000 años a partir de la paulatina evolución de su ancestro Homo heidelbergensis, el cual surgió hace unos 600.000 años por evolución progresiva y suave desde su forma ancestral Homo ergaster/African Homo erectus, cuyo origen se remonta un par de millones de años atrás y aunque no tengamos datos sabemos que lo cierto es que el hombre es el resultado de una larga evolución y sería imposible aplicar una cualidad distintiva tan trascendente como es la condición humana en un punto concreto de nuestra historia evolutiva.
Podemos fijarnos en la evolución de estos cráneos, pero esto tampoco nos ayudará a establecer el punto distintivo que separe con precisión lo humano de lo no humano.
Si no fuéramos tan antropocéntricos nos daríamos cuenta que incluso en la actualidad convivimos con unos seres que no son tan distintos de nosotros. Esa diferencia tan importante entre lo humano y lo no humano es algo que nosotros hemos amplificado artificialmente llegando incluso a considerar la existencia de diferencias absolutas como sería la de poseer un alma inmortal que nos diferencia del resto de los animales.
Contestando pues a la pregunta ¿Qué es el ser humano? diríamos que es uno de los conceptos más artificiales y egocéntricos acuñados por el ser humano, (sino el más). Intentamos establecer un límite preciso y bien definido que acote ese concepto para así poder aplicarle cualidades absolutas que de otra forma no encajarían bien en un concepto con límites difusos. Tanto los políticos como los creyentes están muy interesados en hacer uso de esos límites relativos al concepto vida humana y cada cual mueve los límites para donde más le conviene. Lo cierto es que se trata de un concepto útil pero artificial y que tiene límites difusos cuando se aplica al comienzo de una vida humana o al comienzo de la especie huma, y por ello debe ser manejado con cuidado. Más de uno pondrá el grito en el cielo por lo que acabo de decir, porwue esto es incompatible con las enseñanzas religiosas, pero simplificar la realidad es algo que solo es útil si somos conscientes de que recurrimos a las simplificaciones por cuestiones prácticas. No debemos olvidar de donde viene el Homo sapiens.
Las leyes que regulan la interrupción del embarazo llevan tiempo funcionando y están siendo útiles. Para mí la actual ofensiva antiabortista es un intento de protagonismo de los católicos para influir en la política. En el caso de España es una bandera para ser enarbolada contra un gobierno que no les gusta, pero esto que digo puede ser compartido o no, solo es mi punto de vista. Creo sinceramente que las cosas van por ese lado. Es una manera de disfrazar un ataque político que el Papa inteligentemente ha sabido evitar planteado la estrategia correcta. El Papa ha dicho claramente a sus obispos y cardenales que eviten las críticas a Zapatero y les ha dado el arma adecuada. Son lobos con piel de corderos y el Papa les alecciona para que parezcan perfectos corderos. Defensores de la vida.
Últimamente los antiabortistas están reivindicando sus ideas con renovada fuerza. No soy el único que se ha dado cuenta, y en El País hay un artículo que simplemente pone de manifiesto este hecho y se pregunta porqué ahora.
A pesar de que el trasfondo ideológico podría ser una mera excusa, a mí me interesa más este que el trasfondo político, porque afirma que la vida es sagrada y que esta empieza en el momento de la fecundación. He tenido que escuchar a conocidos míos indignados en su defensa de la vida, afirmar vehementemente que lo mismo es una semana de embarazo que ocho meses.
Parece que la ciencia les resulta útil solo en alguna ocasión, porque en este caso sí les sirve a sus propósitos para afirmar que un óvulo fecundado ya es genéticamente un ser completo y que en las condiciones favorables se desarrollará dando origen a un ser completo.
Como biólogo he de admitir que el razonamiento es impecable, pero si nos apoyamos en la biología deberemos hacerlo con todas sus consecuencias. El ser humano no apareció de repente. La religión nos ha educado marcando una frontera entre el ser humano y los demás animales, como seres que no admiten comparación. La religión otorga al ser humano un estatus muy especial y por eso le repele todo lo referente a la evolución, ya que eso desdibuja ese límite tan trascendental entre el hombre y los animales.
El ser humano lleva unos pocos millones de años aquí en la Tierra. Lo del Génesis que en su momento fue escrito como revelación de la palabra de Dios sobre la creación, no ha quedado nada en pie y ahora dicen que son alegorías, pero en sentido alegórico se transforma en un cuento mediocre y vacío, solo apto para incultos y retrasados mentales, o para fanáticos sin espíritu crítico, y maestros en el arte del autoengaño y la sumisión ideológica. Reconozco que esta es una visión peyorativa de los creyentes que ante todo son víctimas de una manipulación. Lo que ocurre es que a su vez son víctimas del engaño y verdugos del engaño, ya que constituyen el peso y la fuerza de la manipulación en base al número de ellos y a una extraordinaria acumulación de poder. Que el Génesis quede como un cuento absurdo y vacío solo les sirve para poner a prueba su condición fanática.
Lo cierto es que la ciencia ha demostrado, con hechos perfectamente constatables, que el hombre deriva de la evolución de algún tipo de simio ancestral. Éste evolucionó progresivamente hasta originar un homínido primitivo y éste continuó evolucionando hasta el ser humano.
La pregunta del millón, es ¿en qué preciso instante adquirió ese ser la condición sagrada humana? ¿Fue por la noche mientras dormía? ¿Fue al tocar con sus dedos un monolito ortoédrico de proporciones 1,4,9, y de origen alienígena?
La religión maneja términos absolutos porque de esa forma no admiten discusión, y estás con ellos o no lo estás. Por ejemplo el concepto de Dios todo poderoso obedece a esa necesitad, pero ¿Puede Dios tirar una piedra tan lejos que ni siquiera él pueda alcanzarla?
Se trata de una pregunta cerrada. O puede, o no puede. Cualquier respuesta evidenciaría una limitación divina. La totipotencia es simplemente un concepto imposible absurdo y que lleva la contradicción en su misma esencia.
Por fin dando vueltas llego a la pregunta que quería formular desde un principio. ¿Es la vida humana algo sagrado?
Para mí las cosas pueden ser mejores o peores. Buenas malas, muy malas, pero… ¿sagradas? ¿Existe algo sagrado? ¿Quién lo dice? ¿Lo dice ese Dios todo poderoso?
Es bueno que la sociedad ampare el derecho a la vida de todos los seres humanos, pero dicho así, se trata de una cuestión práctica o política de interés social, y que puede ser razonada y debatida.
Calificar a un embrión de pocos días como bebé, no es práctico. Es más bien buscar la anulación de la vía argumental. Calificar interrumpir el embarazo de un embrión con pocos días como asesinato, es más de lo mismo. ¿Es lo mismo un embrión, que un niño de cuatro años, que un adolescente, o que un viejo de ochenta y cinco años? ¿Es la inacción una excusa para evitar tomar la mejor decisión posible en cada caso cuando hay derechos vitales enfrentados? Bonita forma de solucionar conflictos.
Atacar el absolutismo no es defender todas las variantes relativistas. Tanto el absolutismo ideológico como el relativismo tienen recovecos para permitir el autoengaño y la manipulación. La única defensa posible es el amor a la verdad cualquiera que sea, y a la coherencia de las propias ideas. Nadie puede ser ayudado en eso. Se trata de una labor personal de higiene ideológica.
Luego dicen que las ideologías son inofensivas, pero no lo son. El afán de controlar la política es en realidad una lucha por el poder, que es lo único que les importa a todas estas sectas, y la católica es una de las peores debido a su extraordinario poder.
La vida se califica de don sagrado, pero… ¿don de quién? Las afirmaciones categóricas que nadie se molesta en demostrar, se amparan exclusivamente en la fuerza numérica del colectivo que lo sustenta, pero que mucha gente crea que algo es verdad no significa que lo sea.
http://es.wikipedia.org/wiki/El_traje_nuevo_del_emperador