Las hazañas de agitación social no violenta, casi siempre tuvieron un fuerte liderazgo detrás para contener la deriva violenta. Gandhi, Martín Luther King, Nelson Mandela. Por el contrario, muchas de las agitaciones sociales fuertes sin claro liderazgo, derivaron en violencia. En mi humilde opinión la relación entre liderazgo y el carácter violento de un movimiento quedaría más o menos así:
- Un líder violento condiciona un movimiento violento.
- Un líder pacífico condiciona un movimiento pacífico.
- La ausencia de líder suele tener una deriva violenta en el movimiento salvo en los casos de movimientos de masas protagonizados por mujeres.
La voz de la conciencia del movimiento:
Yo creo que un buen líder es como la voz de la conciencia que amansa los instintos más viscerales y convierte los sentimientos de rabia y de impotencia en sosegada reflexión, en lucha paciente, y en sobre todo en pragmatismo. En el 15M no existe esa posibilidad.
En mi humilde opinión, la conciencia del 15M reside actualmente en Internet donde los que tienen capacidad para influir en ella hablan planteando estrategias inteligentes para conseguir objetivos a medio y largo plazo. En la calle por el contrario veo cada vez más pasión, más nervio, e impaciencia, y una indignación mal entendida.
¿Cómo se llegó a esto?
Los políticos son los culpables de que los ciudadanos salieran a la calle, porque en la red no se nos escuchó. Se nos dijo que éramos cuatro gatos. (Esto ocurrió después de una manifestación anti-Sinde y pro Wikileaks en Callao pasada por agua, es verdad éramos cuatro gatos mojados, pero en Internet éramos muchos más).
Luego vinieron los premios Goya, el 15M y el 19J y por último el 15O. Una progresión explosiva alimentada por el ninguneo sistemático de nuestros representantes políticos.
Ahora tienen un movimiento en la calle que terminará donde pare. Quizás ya nadie pueda controlarlo. El radicalismo se alimenta de sus propios éxitos y de las emociones más revanchistas de la gente. Las negras perspectivas económicas no van a ayudar en nada.
El radicalismo actual es todavía muy marginal, y son pequeños grupos poco representativos los que han organizado acciones, digamos osadas, que en mi opinión van un poco más allá de la desobediencia civil, y que lo han hecho en el nombre del 15M sin buscar un amplio consenso para ellas.
El espíritu que yo creo merece conservarse es el del 19J. El del 99%.
Presiento que el movimiento podría alcanzar una deriva radical:
Se me puede acusar de paranoico si digo que es fácil que ocurra una auténtica deriva radical si desde la red no se hace algo para evitarla. Hay que tener en cuenta que vivimos una situación de calma excepcional, porque el 20N está demasiado cerca y todo el mundo quiere salir guapo en la foto, pero después del 20N, volverán a la carga para reprimir por la fuerza las acciones ciudadanas que pretendan imponer situaciones alegales de okupación.
Si eso sucediera, el movimiento reaccionaría en contra del uso de la fuerza porque siempre ocurre así, y la okupación se convertiría en una estrategia bastante radical del movimiento, que podría derivar en destrucciones de la propiedad privada, y que perdería una parte del amplio apoyo que tenía hasta ahora.
El papel de los medios:
Si se produce una deriva radical en el movimiento como acabo de sugerir. Las infundadas acusaciones de radicalismo que se hicieron desde Telemadrid, Libertad Digital y medios afines, se convertirán en una profecía cumplida, y el movimiento adquiriría una deriva política clara, que ya no podría representar a ese 99% original.
El papel de los Gurús:
Todo eso es lo que yo creo que podría ocurrir si desde la red, las personas con seso y capacidad de influencia (los gurús), no se arman de valor y dan un paso al frente para frenar las tendencias autodestructivas en el seno del movimiento.
Una reunión de gente influyente podría ser el origen de un manifiesto que alertara de los peligros de degeneración en el espíritu original del movimiento para representar al 99% de los ciudadanos.