El título no es muy educado pero los que no se respetan a sí mismos y caen en una bajeza tras otra deben atenerse a las consecuencias. Si ellos no se respetan no deben exigir respeto de los demás.
El 14 de diciembre de 2015 pasará a la historia de los debates cara a cara entre dos aspirantes a un cargo que les viene muy grande
La bajeza del insulto de Pedro Sánchez funcionó ante un Rajoy pusilánime y cobarde que no supo sacar partido al insulto recibido.
Rajor podría haber exigido a Pedro que le demandara ante los tribunales si tenía lo que hay que tener, o que retirara el insulto, podría haber dicho a Pedro que este recurría al insulto porque no sabía debatir… En fin, Pedro se lo puso a huevo y Rajoy podría haber maniobrado del mil formas para hacer quedar fatal a un Pedro Sánchez que se tiró a pelear al barro y consiguió sacar con malas artes una imagen muy reveladora y acertada de un Rajoy cobarde que ni sabe defenderse ni sabe defender a su pais.
Como en otras muchas ocasiones vimos la imagen de un Rajoy valiente con los débiles y cobarde con los fuertes. Pedro le quitó a Rajoy su escudo de arrogancia presidencial porque Rajoy no respondió con la contundencia que merecía la ocasión y le dejó desnudo para que la gente le viera tal como es.
Rajoy es un cobarde que se esconde tras el plasma y que manda a sus segundos para debatir con los rivales con los que no se atreve a debatir. Con Pedro sí se atrevió a debatir porque sabía que siempre podría recurrir al y tú más y como mínimo quedarían empatados a golpes, pero le falló la estrategia porque Pedro cambió las reglas y no supo tratar a un simple chulo faltón que le humilló en público y le hizo quedar como un cobarde quejoso.
Ambos salieron molidos a golpes del debate favoreciendo con ello a los nuevos partidos, pero Rajoy perdió un debate en el momento más favorable para cualquier otro político que a diferencia de él tuviera lo que hay que tener para ser presidente.
Del resto apenas merece la pena hablar porque ninguno de los dos supero en altura de miras a la suela de sus zapatos.
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