La memoria de burbujas surgió a principios de 1970, como una tecnología muy prometedora, pero fue un fracaso comercial debido a la rápida caída de los precios de discos duros (HD) a principios de 1980.
La memoria de burbuja (Bubble memory) es un tipo de memoria para almacenamiento de información no volátil. Utiliza una fina película de material magnético que contiene pequeñas zonas magnetizadas conocidas como burbujas, que pueden ser manipuladas y que almacenan un bit de datos cada una.
Principio de funcionamiento y principales características:
La presencia o ausencia de una burbuja en determinada posición se interpreta como 0 ó 1 respectivamente. Para mover la burbuja dentro del material magnético, se emplean campos magnéticos. A diferencia del disco duro, no intervienen partes mecánicas.
A diferencia de lo que ocurre con la memoria de sólo lectura (ROM), se puede escribir en la memoria de burbujas. También a diferencia de la memoria de acceso aleatorio (RAM), los datos almacenados en las burbujas de memoria permanecerán allí hasta que se modifiquen, incluso cuando se apague el equipo.
Por ello, la memoria de burbuja se utilizó en entornos en los que un equipo debía de tener la capacidad de recuperarse de un fallo de corriente eléctrica, con una pérdida mínima de datos. Aunque no son tecnologías equivalentes, el uso y la demanda de memorias de burbuja fue sustituido en poco tiempo por el disco duro que fue mejorado y abaratado rápidamente.
Actualmente la memoria de burbuja casi ha desaparecido con el advenimiento de la memoria flash, que es mucho más barata y de más fácil producción.
La desventaja más importante siempre fue su coste de fabricación, y su ventaja más notable fue su robustez. Se llegaron a usar en informática personal, pero su precio era disparatado.
Aplicaciones militares:
Sus características resultaron muy atractivas para los militares, que continuaron utilizando esta tecnología durante un tiempo después de su fracaso en el mercado, ya que los discos duros, más baratos, eran un elemento frágil y por ello inutilizable en determinadas aplicaciones. La memoria de burbuja puede soportar altas temperaturas, polvo, humedad, radiación, golpes y vibraciones, y además su información es recuperable con una simple extracción.
Esto las hizo idóneas para su uso en misiles tierra a tierra. Estos tenían que incluir en la memoria del misil los datos topográficos de la zona de ataque, para hacer un vuelo rasante en zigzag sin colisionar con los obstáculos del terreno antes de impactar en el objetivo, evitando así ser detectados y derribados con un misil anti-misil.
Cómo surgió:
La memoria de burbuja es en gran medida la creación de una sola persona, Andrew Bobeck. Este desarrolló como primer paso la memoria Twistor. Dicha memoria se basaba en la magnetostricción, un efecto que se puede utilizar para mover bits magnéticos.
En 1967, Bobeck se unió a un equipo de técnicos en los Laboratorios Bell, y comenzó a trabajar en la mejora de twistores. Él pensó que si pudo encontrar un material que permitió el movimiento de los campos en una sola dirección, una tira de material bidimensional podría tener un número de cabezas de lectura/escritura colocadas a lo largo de un borde en lugar de una sola cabeza y que esto produciría una especie de «twistores 2D». En los Laboratorios Bell se llevaron a cabo Cinco descubrimientos importantes :
- El control de movimiento en dos dimensiones de los dominios de pared simple en películas de permalloy.
- La aplicación de orthoferritas.
- El descubrimiento del dominio cilíndrico estable.
- La invención del modo de acceso a los campos de operación.
- El descubrimiento de un crecimiento inducido por la anisotropía uniaxial en el sistema de granate y la comprensión de que los granates serían un material idóneo.
Por lo tanto, el sistema de burbuja no fue el resultado de un solo invento. Andy Bobeck fue el descubridor de los descritos en (4) y (5) y co-descubridor trabajando en el grupo de P. Bonyhard ‘s de los descritos (1), (2) y (3).
Batanero
Pero, entonces, ¿esa tecnología ya está casi extinta o se sigue empleando de forma algo regular en algunos ámbitos?
Antonio Castro
Batanero, dado que el problema que el problema es es costo de fabricación, dudo que se sigan fabricando. Me temo que son piezas de museo.
Angel Jesús Fernández Carabel
Parece ser que la rentabilidad está por encima de la eficiencia. Recuerdo las dificultades que enfrentábamos para recuperar un proceso luego de un corte de corriente. Debíamos realizar un vuelco del contenido de la memoria al soporte papel (impresora), y luego analizar el mismo, buscando los valores almacenados hasta el momento del corte. Ahora, la solución es «apagá y prendé». Pero seguramente no en todos los casos. Cuando la tripulación del Apollo 11, comunicó «Huston, tenemos un problema», no les dieron esa solución.