Este es un vídeo muy solidario y emocionante que me llena de esperanza.
Nuestros políticos llevan tiempo ignorando el clamor de las peticiones ciudadanas en Internet. Son cuatro gatos dijeron. Salimos masivamente a la calle y también nos ignoraron, son antisistemas violentos dijeron.
Las escenas de resistencia heroica de ayer son dignas de pasar a la historia de la no violencia.
Democracia Real Ya, pasó ayer a otro nivel, gracias a las imágenes de violencia policial circulando por todo el mundo. Una repugnante represión policial, ejercida ante la absoluta inofensividad de unos ciudadanos valientes, decididos, INAMOVIBLES y pacíficos.
El vídeo solidario de cabecera, demuestra la fuerza de nuestro mensaje. Un mensaje universal que se ha entendido en gran parte del mundo como propio. Un mensaje que no sólo traspasa fronteras. Gracias amigos de Wisconsin, gracias amigos de Barcelona, gracias amigos de todas partes.
Nuestro mensaje ya ha cambiado el mundo aunque algunos no se han enterado. Un mensaje que nuestros nietos estudiarán en sus libros de historia. Hay demasiado en juego, no podemos fracasar.
El diagnóstico de lo que ocurre es claro. No se trata de sordera política. Es más grave que eso. Se trata de nulo interés. Estamos ante una nueva lucha de clases que cada vez va quedando más clara, porque estamos obligando a los políticos retratarse.
No nos representan. Necesitamos políticos que cuando ganen unas elecciones sientan el enorme peso de la responsabilidad que acaban de contraer. No necesitamos políticos que cuando ganen las elecciones sonrían y se froten las manos pensando que les han concedido cuatro años para vivir a cuerpo de rey, y para hacer con total impunidad lo que les de la gana. No necesitamos a políticos formados en el arte de manipular, engañar, y convencer. No necesitamos a políticos expertos en convertir a personas en borregos. Necesitamos políticos que hagan de cada persona, la mejor persona posible. Necesitamos políticos honrados con voluntad de servir, y de contribuir a un mundo más justo.
Nada de eso se consigue eligiendo al mejor de los políticos, sino haciendo mejor al peor de ellos, porque abandonar a un buen político a su propio ejercicio del poder, es condenarlo a la corrupción.
Nuestros políticos necesitan control ciudadano. La participación ciudadana seguramente no está preparada a día de hoy para la acción de gobierno, pero sí está preparada para convertir a los políticos en servidores de los intereses generales, para exigir transparencia, para exigir leyes electorales justas, para exigir la efectiva separación de los poderes públicos, y para limitar los inmerecidos privilegios de los políticos.
Estamos hablando de exigencias de mínimos, y por lo tanto, nada de esto es negociable ni está sujeto a la coyuntura electoral, de la misma forma que los derechos humanos tampoco están sometidos a tales circunstancias. No aceptamos que los partidos se turnen continuamente en el ejercicio de la estafa a los ciudadanos y en beneficio propio.
No necesitamos a líderes que sean genios con brillantes ideas, sino a líderes que sean honrados y moralmente intachables. Mucho menos necesitamos a cretinos malnacidos especializados en el arte de influir sobre los demás, como único talento.
Estamos ante un mensaje contundente de la ciudadanía de todos los países democráticos a sus políticos. Es un mensaje que implica cambios profundos en la forma de gobernar y que no suele interesar a la clase política pero sí a los ciudadanos.
Está muy claro lo que queremos y NO NOS MOVERÁN, NI A PORRAZO LIMPIO.
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