Rajoy defiende «trabajar unas poquitas horas más o ganar un poquito menos»
El presidente del PP, Mariano Rajoy, asegura que el gran «objetivo nacional» en España es el empleo y defiende, en el actual momento de crisis económica, «trabajar unas poquitas horas más o ganar un poquito menos».
Con ese argumento parece que a Rajoy le preocupan más los efectos macroeconómicos, que el paro el paro en sí o la pérdida de calidad de vida que conlleva.
Esta forma de ver las cosas es una estupenda noticia para las grandes empresas, y una promesa de sufrimiento adicional para los ciudadanos.
El empleo es visto por nuestros políticos como una fuente de recaudación de impuestos y una fuente de aumentar la riqueza de las grandes empresas. Una oportunidad para crecer en competitividad y presumir en el mercado global de quién la tiene más larga.
No tienen remedio. Zapatero es un incompetente y un mentiroso, y Rajoy es un cobardica sin capacidad de liderazgo y un inútil con ideas anticuadas. Ambos están fuertemente cuestionados en sus propios partidos.
No les preocupa el paro más que para arengar cada cual en su favor. Tampoco les importa ningún otro problema de los ciudadanos más que como arma arrojadiza contra sus adversarios políticos.
Ambos ceden a las presiones de las grandes empresas que son las que están gobernando el país sin otro criterio que el de exprimir al ciudadano más allá de cualquier límite racional, y son las causantes de una crisis que volverán a provocar, porque no han aprendido ninguna lección, salvo lo barato que les sale equivocarse gravísimamente.
Mariano Rajoy está trabajando poco a poco en diseñar su futuro Gobierno, para el caso de que gane las elecciones de 2012. No quiere que la llegada a La Moncloa le coja de improviso. Prepara un equipo corto, muy cualificado, con mucha gente que no está en la actual cúpula del PP.
Rajoy ya está avisando de lo que ocurrirá si le votamos. Es como Zapatero, pero al revés. Son personalidades opuestas, como en la extraña pareja, solo que no hacen ni pizca de gracia, y ambos con diversos matices propagandísticos, funcionan con la misma política. La política dictada desde el gran capital. La política de los mercados.
Para mí son personas que cabalgan a lomos de poderosas bestias (los poderes financieros) a los cuales son incapaces de controlar. Las consecuencias siempre las pagamos nosotros, los ciudadanitos de a pie, pero la bestia más poderosa de todas es el pueblo. Una bestia dormida que ha despertado en el mundo árabe y en Islandia, y tarde temprano irá despertando en más sitios para destronar a unos poderes que no funcionan.
La lección Islandesa:
En Islandia en 2008, el gobierno decidió intervenir tres bancos, la inflación llegó al 14%, su moneda se depreció un 35% con respecto al euro, y los tipos de interés alcanzaron el 15.5%.
Pero el Gobierno, en vez de inyectar miles de millones en unos bancos cuyos activos se habían disparado hasta ser 11 veces el PIB del país, decidió que esos bancos suspendieran pagos para salvarlos a costa del dinero de los ciudadanos.
Los ahorradores islandeses perdieron buena parte de su dinero. Y las protestas en la calle en enero de 2009 tuvieron que ser reprimidas por la Policía, usando gases lacrimógenos, algo que no se conocía en Islandia desde 1949.
Aquí parece que no nos hemos enterado de esas movidas, pero la presión en la calle en Islandia fue brutal y logró provocar la destitución del gobernador del Banco Central Islandés, tumbó Gobierno, y forzó la celebración de elecciones anticipadas.
En agosto de 2009 el parlamento islandés cedió a unas presiones extranjeras muy contundentes (puro chantaje) y aprobó una ley para pagar a Gran Bretaña y Holanda 5.000 millones de dólares, con el fin de cubrir las pérdidas sufridas por sus inversores y evitar represalias financieras durísimas.
Los Islandeses comprendieron que se producía con ello un agravio comparativo en la forma en que los ciudadanos islandeses sí asumían las consecuencias de una fallida inversión, respecto a los inversores extranjeros que no asumían esas pérdidas.
Los ciudadanos islandeses forzaron un referendum y por abrumadora mayoría se negaron a cubrir con su dinero las pérdidas de ningún inversor extranjero. Varios altos ejecutivos de instituciones financieras terminaron siendo apresados, otros huyeron del país. Una asamblea de ciudadanos elegidos por el pueblo redactaron una nueva constitución, para garantizar que algo así no pudiera volver a ocurrir, y todo ello ha beneficiado a los islandeses.
Dos islas hundidas por la banca
Islandia saldrá antes que Irlanda de la crisis gracias a que no asumió las deudas del sector financiero
En España tanto el PSOE como el PP escuchan y acatan la voluntad de los poderes financieros lo cual es nefasto para nuestro futuro tal y como se ha demostrado en los ejemplos que hemos analizado.
Aún no hemos llegado a la situación de pánico financiero vivida en Islandia, pero nuestros dirigentes deben de empezar a temer más al pueblo que a las grandes multinacionales, y para eso hay que salir a la calle.
El pueblo español hoy en día es una de las muchas bestias dormidas que tiene occidente, pero lo que está ocurriendo en el mundo árabe no es un fenómeno local ni relacionado con el mundo árabe. Es una consecuencia de la crisis financiera global y de un aumento de la capacidad de reacción de los pueblos que gracias a Internet son capaces de separar las falacias e intentos de manipulación de sus gobernantes, de una verdad feísima e inasumible.
Los problemas de los ciudadanos no están alcanzando a una clase política corrupta y eso va a cambiar definitivamente en todo el mundo.
Ni un voto para los invotables PP-PSOE.
#nolesvotes
www.democraciarealya.es
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