Con la elección de una foto que refleja una parte de la realidad muy poco representativa de lo que ocurrió, han puesto sus podridas ideas por encima, de la ética periodística.
Tiene alguna explicación:
Lo hacen de forma tan ostentosa, que me temo que estén intentando provocar una reacción de odio generalizado y de violencia en el seno movimiento, para que así el poder establecido pueda sofocar mediante el uso de la fuerza a los indignados.
Mi artículo anterior, poco tiempo antes de esto, trató sobre armas de intoxicación masiva, sobre la propaganda mediática al servicio del gran capital, y de como las redes sociales somos inmunes a esto, pero no por ello este intento me parece menos grave.
Midiendo las consecuencias:
No sería la primera vez que se incita al odio desde un medio de comunicación con resultados tremendos, y pongo sólo un ejemplo de la cantidad de daño que puede provocar un medio de comunicación dispuesto a cualquier cosa para defender sus ideas.
Emisora de radio de las mil colinas en Ruanda
En mayo de 2000, un periodista belga, Georges Ruggiu, que colaboraba con Radio Television Libre de las Mil Colinas (RTLM por sus siglas en francés) en Ruanda, fue declarado culpable por incitar asesinatos durante el genocidio de 1994. Al momento de escribir esta colaboración, otros tres periodistas en Ruanda también se enfrentaban a cargos de genocidio en el Tribunal Criminal Internacional para Ruanda. Este es un caso de prédica a favor del odio o la violencia en su máxima expresión.
En memoria de aquellos 800.000 muertos dejo la foto que sigue como elemento de reflexión para ABC sobre su formar vomitiva de ejercer el periodismo. Yo también puedo elegir las imágenes con muy mala leche.
PD 16-Oct-2011:
¡OJO! con las intoxicaciones, parece que la foto que denuncia infiltración en Roma es de una manifestación de 2007 en Canada ¿De cuando es esta foto?
PD 17-Oct-2011:
ABC se ha situado a sí misma como enemiga declarada del pueblo pacífico que lucha por su libertad. Otros medios supieron estar a la altura.
Marta
Dsde luego lo de ABC no tiene nombre.
Pero tampoco hay que preocuparse. Sus lectores nunca se apuntarán al movimiento
Antonio Castro
La gente cambia de opinión. A unos les cuesta más que otros, pero estos fans, cuando por fin cambian de opinión, suelen pasar de un extremo al contrario con bastante facilidad porque tienen tendencia a la visceralidad y al odio.