Lo que El Vaticano está defendiendo, con su reacción de estupor, es la libertad para que todo el mundo podamos opinar exactamente igual que ellos, y la libertad para poder inculcar esas sagradas creencias a los niños desde su más tierna infancia, y así anular o contrarrestar cualquier otra creencia.
El Vaticano siente ‘estupor’ por la sentencia sobre el crucifijo en las aulas
«la exhibición obligatoria del símbolo de una determinada confesión en instalaciones utilizadas por las autoridades públicas, y especialmente en aulas» restringe los derechos paternos a educar a sus hijos en conformidad con sus convicciones.
El crucifijo es la imagen de marca del cristianismo, es un logotipo. Se quejan de que intentamos convertir ese símbolo en un símbolo de división, pero ¿acaso no es un símbolo del cristianismo? ¿acaso somos todos cristianos? ¿a qué clase de unidad se refieren imponiendo la cruz en todas las aulas?
No es de extrañar que con ese uso masivo de márketing a coste cero, con el beneplácito de las instituciones, sean capaces de combatir incluso los conocimientos científicos más incómodos, tal y como lo han hecho siempre.
No me refiero al pasado ni a Hipatia de Alejandría (Agora) , o a Galileo Galilei, o a Giordano Bruno, (otro librepensador quemado en la hoguera acusado de brujería).
Me refiero a la actual manía de intentar desmontar la teoría del origen de las especies de Darwin, porque eso se está haciendo ahora unas veces con la patraña del creacionismo (demasiado radical incluso para La Iglesia actual) o con una supuesta vía intermedia del diseño inteligente donde el teísmo simplemente se sugiere como una hipótesis no exclusiva para defender que lo que sí es cierto es la existencia de una supuesta inteligencia superior o una mano invisible que actuó guiando a la evolución para obtener el resultado del ser humano. En definitiva un acto de hipocresía muy poco sutil.
Pienso que si hubieran querido explicar la existencia del ser humano, por ejemplo en base a una participación de una civilización extraterrestre avanzada, lo habrían expresado de otra forma. La falacia es clara y todo el mundo puede percibir donde se apunta con ella.
El hecho de que el ser humano tenga un origen que pueda ser explicado al margen de la existencia de Dios, tiene consecuencias inasumibles para los administradores de la fe, y por lo tanto no solo no se asume, sino que se niega.
El revestimiento seudocientífico de algunas creencias teístas, es en mi opinión, puro veneno fanático, y algo parecido es lo que quieren colgar por narices en las paredes de las aulas, donde niños pequeños serán educados con total falta de respeto a otras ideas.
Siempre hubo gente mala haciendo cosas malas y gente buena haciendo cosas buenas, pero para que la gente buena haga cosas malas se necesita la religión.
“La confesionalidad encubierta” describe perfectamente el tipo de supuesta “aconfesionalidad” que tenemos en España.
Yo pido que se saquen fuera de las aulas todos los signos religiosos, y que se derogue el concordato con la Santa Sede, porque los no creyentes no deseamos costear las necesidades que son exclusivas de los creyentes, y hablamos de cantidades descomunales de dinero. El concordato es anticonstitucional y antidemocrático.
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