Reunión en Moncloa del presidente de Gobierno José Luis_Rodriguez Zapatero con los principales empresarios españoles.

Reunión en Moncloa del presidente de Gobierno José Luis_Rodriguez Zapatero con los principales empresarios españoles.

Acosado por las reacciones de desconfianza de los mercados, Zapatero opta por hacerse una foto a modo de conjura contra los males derivados de su incompetencia. Una foto en la cual muestra su sintonía con unos poderosísimos empresarios, cuando en realidad muchos de ellos son los responsables de esta , y que al igual que los mercados, demandan medidas aún más duras para que sean los ciudadanos los que paguemos las facturas de tanta incompetencia, tanta corrupción, y tanta especulación irresponsable.

Estos empresarios habían mostrado su disconformidad con la política de Zapatero de una forma insólita. Entrega al Rey el pasado día 15 de un documento firmado por un centenar de conocidos empresarios y profesionales. En ellas planteaban nuevas reformas económicas y del modelo de Estado.

Zapatero busca con esa foto hacer un nuevo paripé engañabobos. Como si la relación con los empresarios fuera fluida y normal, y les invita o amenaza con nuevas reuniones mediáticas.

A Zapatero se le da muy bien prometer y muy mal cumplir. Por eso su credibilidad es nula. De todas formas lo que ha prometido esta vez cediendo a las presiones de los mercados y de las grandes empresas, es cualquier cosa meno una política socialista. Se hartó de asegurar que España no entraría en crisis y luego se hartó de prometer que no recortaría los beneficios sociales. Visto el resultado es mejor que no prometa nada más.

Los empresarios exigen a Zapatero que no le tiemble el pulso
Los ejecutivos quieren mejoras del Estado autonómico y apoyo a la exportación.

De los 39 empresarios que estaban invitados, acudieron 37 (fallaron los representantes de Mercadona y Cepsa), e intervinieron cerca de 30, lo que da idea de la intensidad del encuentro. Los servicios de protocolo situaron a los empresarios por volumen de facturación, lo que supuso que César Alierta (Telefónica) y Emilio Botín (Banco Santander) se sentaran junto al triplete gubernamental (los vicepresidentes Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Salgado acompañaron a Zapatero).