El valor de una vida humana:

Oskar Schindler fue un industrial alemán y hombre de negocios que salvó heroicamente a unos 1200 judíos polacos del holocausto nazi, contratándolos para trabajar en su fábrica situada en la actual Polonia. Ello le costó la bancarrota. Pese a ello lloró amargamente por no haber vendido lo único que le quedaba, su coche, para así salvar a un par de judíos más.

Los recortes en España no respetarán nada:

Por desgracia, en España, estamos entrando nuevamente en una dinámica fascista confirmada por el hecho de otorgar más valor al dinero que a las vidas humanas. El dato a vigilar es la esperanza de vida, pero este se mide en fallecimientos y no podemos esperar a que se produzca ese daño para denunciarlo.

Hay cantidad de sitios donde se puede recortar antes que en sanidad. No se puede medir con el PIB la calidad de vida de un país sin una buena cobertura sanitaria. No todo es dinero. La esperanza de vida es un dato mucho más relevante que el PIB.

Muchos ancianos con escasos recursos están preocupados y con razón. Se está poniendo en riesgo la vida de muchos de ellos que dependen de una sanidad pública que fue costeada con sus impuestos. Muchos de ellos ya estaban viviendo al límite.

El contrato del estado con sus ciudadanos para garantizarles una vejez digna, se está convirtiendo poco a poco en papel mojado.

Algunos titulares de prensa:

Las consecuencias en el medio rural:

Muchos pueblos tienen una población muy envejecida, porque los jóvenes hace tiempo que emigraron a las ciudades a trabajar. Estos pueblos ahora están en riesgo de perder su centro de salud.

Me preocupa mucho la situación insostenible en la que pueden quedar muchos pueblos si se les recorta aún más lo poco que tienen. Muchos pueblos están aislados y ya tienen tal precariedad de servicios que el menor recorte supondrá su fin definitivo.

Estamos ante el lento y silencioso genocidio de nuestros ancianos por ser la parte menos productiva de la población. Ellos ya pagaron con sus aportaciones a la seguridad social una seguridad que ahora se verá muy mermada.

Sería interesante que los ciudadanos tuviéramos más información para evitar ser víctimas de las manipulaciones sobre las consecuencias reales de estos recortes en la sanidad pública que pueden ser muy graves y que de otra forma podríamos no llegar a conocer en toda su magnitud. Ayudaría bastante disponer de algún registro centralizado (yo no lo conozco) de los centros de salud y de los centros educativos que se cierren, del número de médicos y personal sanitario que se despidan en la sanidad pública, de los pueblos que queden desasistidos, y por último del número de muertos que fallezcan por culpa de estos recortes.

Me temo que la ley de transparencia no va a servir para conocer los datos sobre estos importantes asuntos. Se están silenciando auténticas injusticias.

Para finalizar:

En este momento, cada euro gastado en estupideces, está costando vidas y la clase política ha tomado una deriva fascista que de momento ni siquiera nos está sacando de la crisis.

Si quieren justificar recortes tan letales como estos, tendrían que recortar mucho más de otras partidas menos lesivas para la sociedad empezando por los despilfarros que todavía siguen existiendo. Para empezar, tenemos un exceso de políticos, gastando, despilfarrando, cobrando e incluso robando, cantidades muy importantes de dinero.

Mientras los políticos no den ejemplo, no deberían tocar un céntimo de la sanidad pública. Estamos como estamos por culpa de su incompetencia y de algo peor. El ladrillo es lo que es gracias a los regueros de corrupción que se han sembrado con ello.