También llamada impresión digital, impresión bajo pedido, o impresión instantánea.
Hemos hablado ya de temas relacionados pero esta vez nos centraremos en mostrar como funciona este maravilloso sistema que está revolucionando el negocio editorial. Se trata de mantener un stock virtual de libros guardados en formato electrónico. De esta forma, los contenidos apenas ocupan espacio físico. Todo está en los discos duros de las máquinas del sistema que irá atendiendo la demanda de pedidos de libros para imprimirlos y servirlos. De esta forma solo se genera el libro físico cuando alguien lo solicita. Al no haber grandes tiradas tampoco hay riesgo de devoluciones de importantes cantidades de libros.
Pero una imagen vale más que mil palabras y un vídeo es mejor aún. Hay ya en el mercado una gran variedad de máquinas. El vídeo corresponde a la Espresso Book Machine, fabricada por la empresa Perfect Book, que tarda unos siete minutos en servir un libro de doscientas páginas. La Biblioteca Pública de Nueva York dispone de una de ellas ya que dispone nada menos que de 200.000 títulos sin copyrights listos para ser servidos con este sistema.
Jason Epstein, en su libro sobre la industria editorial, estima que para el año 2010 el 50% de los libros se realizarían en impresión bajo demanda, y esto me lleva a un asunto. Los servicios que hoy lideran este sector no deben dormirse en los laureles, porque ser pionero no garantiza gran cosa cuando se habla de un negocio tan goloso como este. De hecho, Google podría estar dando ya algunos pasos preparatorios para hincar el diente a este suculento negocio dado que en su servicio de Google Libros ya se empiezan a admitir libros sin ISBN. La pregunta es evidente, ¿Si deciden atender la demanda para de libros impresos sin ISBN como los venderán? No es el único gigante que está poniendo sus ojos en este negocio. Hoy en día está indiscutiblemente liderado por Lulú, y con un crecimiento espectacular, pero ¡cuidadín! «Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.»
Digresión: Recomiendo a Lulú, líder indiscutible en este sector, trabajar en mejorar su software de asistencia (Wizards). Pido disculpas por mi atrevimiento de dar consejos al negocio más exitoso del sector, pero quizás se estén descuidando. En especial debe cuidar de no crear barreras artificiales a los usuarios. La generación de portada completa, exige un PDF con una serie de requisitos. Ese PDF deberían generarlo ellos a partir de tres simples imágenes JPEG para contraportada, lomo y portada en las que bastaría usar el tamaño de imagen adecuado para cada una de ellas y fin de la historia. Explican muchas cosas sobre el PDF pero a los que usan Adobe Photoshop les bastaría con menos información, porque no suelen tener demasiados problemas, pero para los que, como yo, pretenden no usar Adobe Photoshop, generar un PDF aceptable por Lulú para una portada de una sola pieza, se puede convertir en un calvario. Seguiré intentado un poco más, porque los PDF para el texto generados en OpenOffice no dan problemas y no veo porque esto otro tiene que dar problemas. Fin de la digresión.
Para un libro encuadernado en rústica con tapa blanda el proceso que hace la máquina sería el siguiente: Cuando llega la siguiente petición desde la cola de peticiones del servidor a la máquina de impresión bajo demanda, esta cargará el documento electrónico y empezará a imprimir las hojas por las dos caras, luego encolará el lomo, imprimirá la cubierta (portada, lomo y contraportada) y la encolará la misma al resto del libro. En otras palabras la intervención humana desde que surge el pedido hasta que el libro es producido es mínima y a un coste muy competitivo. Solo en el caso de tiradas de más de mil ejemplares resultará más competitivo el sistema clásico de offset, pero incluso así tendremos que considerar para este caso los costes de almacenaje. En este nuevo sistema no hay grandes tiradas y por lo tanto el concepto de primera edición, o segunda edición quedaría desfasado. Las modificaciones al texto pueden ser más frecuentes.
De cara al futuro las espectativas para este tipo de negocio son extraordinarias. Es evidente que para grandes tiradas no es competitivo, pero dada la creciente demanda de este tipo de servicios los precios continuarán bajando, y podrían llegar a forzar a que todo el negocio editorial cambie. Hoy en día un autor de éxito no hará uso de este sistema pese a que podría hacerlo, pero en un futuro el sistema de impresión bajo demanda irá ampliando su oferta incluyendo progresivamente a escritores cada vez más conocidos. Se trata de un sistema que aún está empezando y eso lo demuestra la forma explosiva en que está creciendo.
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