Creo que los ciudadanos ya somos conscientes de que esta crisis económica ha sido consecuencia de la falta de control sobre el poder financiero y sobre los políticos corruptos, ¿pero acaso era evitable con un sistema de libertades que se está diluyendo?

Portada de uno de mis libros.

Portada de uno de mis libros.

La clase mindundi.

Nadie defiende ni al ciudadano de a pie, ni a la , ni al trabajador, ni al internauta, a todos ellos se les trata como a mindundis.

El problema es que los mindundis tienen un juguete peligroso que se llama Internet y que les permite recuperar parte de su libertad.

Nadie defiende ni nuestra libertad ni nuestra privacidad. Nuestros datos privados están siendo objeto de todo tipo de usos encubiertos, y a los políticos lo único que les preocupa es poder amordazar Internet para perpetuar unos poderosos negocios que atraviesan dificultades porque se están quedando obsoletos.

¿En qué ha quedado el modelo democrático?

Yo creo que en casi nada.

¿Es suficiente el nivel de control que tiene el ciudadano sobre sus políticos?

La se ha convertido en una mala parodia de sí misma, los políticos se han convertido en nuestro peor problema, y al ciudadano no le queda otra más que aguantar una nueva bajada en el nivel de su calidad de vida. Pagar impuestos y clamar en el desierto. Eso es lo que nos queda a la gigantesca clase media, que es la que realmente produce riqueza.

¿En qué se está convirtiendo Internet?

El único reducto de libertad que nos queda es Internet, pero resulta que Internet también mueve dinero y afecta a la poderosa industria de distribución de contenidos sujetos a Copyright.

Estamos viendo como se intenta amparar por todos los medios los derechos de esa industria, cada vez menos necesaria gracias a Internet, y en cambio se permite que en Internet empresas titánicas monopolicen el control masivo de datos de usuarios, y toda clase de contenidos que no les pertenecen en base a la aceptación contractual asumida tácitamente por el hecho de utilizar un determinado sitio.

Son muchos los sitios que actúan así: Google, Lulu, Flickr, Youtube, Facebook, etc.

Internet se está convirtiendo por un lado en un lugar donde poderosas empresas exprimen y ordeñan a los incautos mindundis que de forma individual aportan sus contenidos (fotos, obras literarias, vídeos, contactos personales, información variada, etc.) cada aportación voluntaria podría ser vista como un granito de arena, pero en su conjunto representan una considerable fuente de riqueza, y por otra parte, se está transformando en un lugar donde los mindundis no tenemos los mismos derechos a intercambiar contenidos que esas empresas que organizan esos intercambios masivos de información.

Es cierto que hay una renuncia voluntaria, de esos derechos, pero quizás no sea eso, quizás sea porque ellos tienen afán de lucro y nosotros no. Los minundis son mindundis y sus derechos no importan.

Se está castigando a los pobres y a los  generosos, y premiando a los egoístas y ricos porque ellos están acaparando cada vez más control.

Se está protegiendo la privacidad de los poderosos y se está infravalorando la privacidad de … ¿de los mindundis? Naturalmente, para algo somos todos mindundis.

Deberíamos estar agradecidos de que nos consideren mindundis en lugar de putos mindundis de mierda, que es lo siguiente que va a suceder, porque La Comunidad Económica Europea ya está saltándose a la torera los derechos humanos más elementales como el de presunción de inocencia y de la privacidad con tal de acabar con el P2P.

El día que los mindundis se pongan de acuerdo para pegar un puñetazo en la mesa veremos que pasa.

La batalla por el control de Internet.

Pero lo peor no es que estemos perdiendo nuestro derecho a la privacidad sino que está pasando de ser un derecho universal a constituir el privilegio de los poderosos. Esa doble vara de medir ya funciona simplemente por culpa de los políticos.

Las redes sociales están llegando incluso a los menores y ahora hay empresas que se dedican a ofertar servicios de protección de la privacidad en Internet, y lo cierto es que ningún político actúa contra esos grandes monopolios.

Por el contrario, sí actúan contra empresas como Pirate Bay, que no aloja contenidos sujetos a derechos de autor, ni datos privados. Solo ofrece enlaces a sitios donde se pueden hacer descargas de contenidos sujetos a Copyright. Digámoslo claramente. Un enlace es una mera recomendación para visitar otra página.

«Todo lo que hace Pirate Bay es mantener pasivamente una plataforma vacía», dijo el letrado Jonas Nilsson.

Por todo ello me congratulo con la siguiente noticia.

Partido Pirata obtiene un segundo escaño en el Parlamento Europeo (eng)

Que conste que no me gusta el nombre de Pirata, porque suena poco serio y este es un tema muy serio. Está en juego el modelo de sociedad y nuestra capacidad de control sobre todo lo que nos afecta como ciudadanos, está en juego la auténtica democracia, y salvo esos partidos piratas son pocos los políticos que están defendiendo Internet como último reducto de libertad.