Si Zapatero tuviera la gallardía de dimitir sospecho que buena parte de su partido suspiraría aliviado. Es lo que en estos momentos muchos desean en un PSOE que se desangra en la intención de voto, pero pedir eso a un Líder que se obsesionó con la aniquilación de la oposición y olvidó que era el presidente de todos los españoles, es pedir peras al olmo.
Pidiendo peras al olmo:
- A ese líder no le pidas altura de miras ahora que no te sirve.
- A un líder que actúa como si fuera un iluminado echando por tierra todo lo logrado anteriormente no intentes convencerle de que es prescindible.
- A un líder que se rodeó de incompetentes serviles que se dejaran manejar, no le pidas ahora que sea generoso.
- A un líder que no le importó perjudicar a España para afianzarse en el poder, no le pidas que renuncie voluntariamente a su cargo y evite daños mayores al PSOE.
- A un líder que lo hizo tan mal que ya nadie duda que será superado por el papanatas de Rajoy no le pidas que reconozca sus errores.
Parece que algunos compañeros le lanzan indirectas y Zapatero no acusa recibo. Zapatero, te rogamos que tengas un detalle con tu partido, parecen decirle. La realidad es que en este momento casi todo el mundo se cree mejor que él, y eso no deja de ser un problema para su liderazgo.
Recordemos que Felipe González terminó mal. No es necesario recordar los detalles, pero en su haber hubo bastantes otras cosas positivas que si serán recordadas.
Por el contrario, José Luis Rodríguez Zapatero es un líder que mintió y engañó a sus ciudadanos con un descaro enorme. Tarde o temprano será historia, y esta creo que no será nada generosa con él.
Nerviosismo en el PSOE:
Recientemente, algunas féminas de su gobierno reaccionaron airadas ante el incalificable adjetivo que Alfonso Guerra dedicó a Trinidad Jiménez. «Señorita» la llamó, y se le echaron encima rabiosas de indignación. (Si no les gusta el calificativo de féminas aclaro que no va con segundas).
Yo creo que simplemente fue la forma de disimular un mal perder. Lo que no perdonaron es que Alfonso Guerra admitiera que Trinidad Jimenez y los que la apoyaron habían perdido, pero eso es tan obvio, que resultaba más efectivo atacar por cualquier otro lado por absurdo que fuera.
La piña de apoyo al líder está concentrada ahora en un pequeño y duro núcleo dispuesto a resistir, pero se reblandece en el resto del partido.
La reacción de los inútiles que rodean a Zapatero es de defenderle hasta el final. De puro inútiles y serviles que son sus inmediatos colaboradores, saben que sin él no son nada, y Zapatero parece que se deja defender, pero en muchos feudos del PSOE que no dependen de Zapatero miran para abajo y ven un feo abismo. Están aterrados por el desplome en intención de voto.
La pregunta que muchos se hacen ahora es si Zapatero dejará su puesto por propia voluntad, o se agarrará al sillón todo lo que pueda esperando el milagro de la remontada. Las consecuencias para España y para el PSOE pueden ser graves, pero … ¿Importa eso a un líder con un talante como el de Zapatero?
Deja una respuesta