¿Estamos ante una encrucijada que marca el fin de una era? ¿Desaparecerán los libros en papel? Yo no lo creo.
Las razones emocionales.
Los criterios emocionales. (los que triunfan siempre sobre la razón) parecen estar claramente del lado del libro del papel por mucho que se intente levantar polémicas. Algunos pretenden ver en el libro electrónico una amenaza para el futuro del libro en papel, pero la información contenida en el libro no es el libro. El libro aporta emoción que nos llega a través del tacto. Una suavidad especial. Podemos tener en nuestro ordenador miles de libros en formatos PDF y no es lo mismo. Están sacando dispositivos electrónicos e-books que hacen la función sustitutiva de un libro. La gente los compra y los usa, pero les falta alma. Han intentado ofrecerlos con una cubierta de cuero, pero tampoco funciona. El papel no es sustituible.
Puede que los periódicos puedan ser sustituidos por estos sistemas electrónicos o similares porque se trata de noticias, pero un libro no. Un libro nos cuenta una historia. Un libro nos emociona y cuanto más nos gusta un libro más necesidad tenemos de disfrutar de él también por medio de ese tacto especial que tiene el papel. ¿Acaso da igual un papel blanco satinado, que uno crema y áspero? La sensación en la yema de los dedos no es la misma y eso es algo que nos importa.
Los contenidos digitales están dando lugar a nuevas formas de negocios como Google, Lulú, … hay mucho que decir sobre eso, y dedicaré en otros artículos más tiempo a eso, porque todo esto en realidad está conformando un panorama cultural totalmente distinto. La impresión bajo demanda es un servicio que está posibilitando el paso del documento electrónico al libro en papel sin necesidad de generar grandes tiradas. De alguna forma nos confirma que el interés por el libro en papel continua intacto pese a la accesibilidad de los documentos electrónicos.
La obsolescencia de la información en soporte tradicional.
Los libros antiguos sufren el paso del tiempo. El papel amarillea, se hace frágil, los ácaros, las bacterias, y las reacciones de oxidación, la humedad y los hongos, terminan venciendo a la celulosa que es un material biológico diseñado para durar, pero que no dura para siempre. A las películas en celuloide les pasa algo similar. De todas formas, los libros almacenados en condiciones idóneas se conservan durante muchas decenas de años.
Consejos de conservación para el libro de papel.
Los libros han de conservarse idealmente a temperaturas moderadas (unos 20ºC) y con baja humedad, (entre el 50% y el 60%) en lugares ventilados, nunca herméticos, y que no estén expuestos a la contaminación ni al polvo. Es bueno guardarlos en posición vertical y ligeramente presionados unos con otros. La limpieza periódica del polvo conviene hacerla por aspiración empezando por la parte superior. Conviene usar para ello una pequeña aspiradora, y tener las manos limpias y secas. Sí hay mucho polvo es mejor usar guantes de tela y cubrirse la boca con un pañuelo. La limpieza es fundamental. Ten en cuenta que el polvo contiene ácaros y esporas de hongos, por ello acelera el deterioro del libro. El humo también es perjudicial. Los libros deben ser sacados de los estantes de vez en cuando y revisados para detectar problemas. Aísla los libros que han sido atacados biológicamente ya sea por hongos, ácaros o insectos. Jamás uses la famosa cinta adhesiva para remediar una página rota. Estas cintas se degradan con gran rapidez y estropean aún más la parte dañada..
La obsolescencia de la información en soporte digital.
Mucha gente no es consciente de que su información en soporte digital, es perecedera y podría durar menos que la información en papel. El registro de la propiedad intelectual se está haciendo en papel desde hace años.
Los antiguos disquetes y cintas de vídeo magnéticas poco a poco van perdiendo información porque se van desmagnetizando. Un buen día intentas leer el soporte y ya no puedes recuperar nada. Me pregunto cuanta información inservible se conserva en los registros de la propiedad en forma de disquetes o CDs que ya no son recuperables. Hay empresas especializadas en el tratamiento de estos soportes deteriorados. Un gran problema. Cuando llegaron los CDs pensé que eran la solución definitiva, pero al cabo del tiempo me dí cuenta que también se degradan. los CDs grabados, son CDs que contienen un material orgánico que es quemado por el láser del grabador cuando escribe en él. El problema es que esta capa interna de material orgánico también se degrada. Ocurre que CDs con muchos años dejan de poderse leer.
Kodak en su documento “Permanencia y manejo de los CDs “(Kodak 2002) sostuvo que sus CD-Rs tendrían una vida media de 100 años en ambiente de oficina, pero ni de guasa podemos creer en ello. ¿Cuántos siglos llevan haciendo pruebas para hacer estas afirmaciones? Lo peor de todo es que no todos los CDs tienen la misma longevidad, pero ¿alguien pregunta que longevidad tiene el CD virgen cuando lo compra? Al contrario lo que la gente está pidiendo son CDs que se graben a altas velocidades. No es de extrañar que nos vendan cualquier cosa. Un Disquete a partir de cuatro años podría perder la información, y un CD dependiendo de como esté fabricado podría perder su información a los diez años o incluso antes. La gente usa CDs vírgenes baratos y no sabe lo que compra. Graba, lo prueba, y si funciona lo da por bueno. Los CDs que sí son longevos y prácticamente eternos son los que se hacen por estampación (una especie de molde) para grandes tiradas, por ejemplos programas comerciales, CDs de los quioscos etc. Los grabados en casa o en la oficina usan láser y no se puede asumir una longevidad de muchos años.
Existe otro problema para la información grabada en soporte digital. La proliferación de distintos formatos y la incompatibilidad entre versiones. Los programas que ahora leen un documento no estarán disponibles en la misma versión dentro de unos años y nuestro documento o nuestro vídeo podría resultar ilegible dentro de unos años por la obsolescencia del formato. Este problema resulta especialmente grave en el caso de los formatos privativos porque son formatos que no sabemos cómo están implementados. en el caso de los formatos abiertos, sí lo sabemos. El Software Libre al no tener interés comercial en ningún formato usa formatos abiertos para generar documentación e incorpora compatibilidad a nivel de lectura para los documentos grabados en otros formatos. Los formatos privativos van introduciendo poco a poco incompatibilidad porque solo les interesa que la gente compre la nueva versión. Son empresas que cuando te venden una solución a un problema introducen la semilla del siguiente problema para asegurarse de que necesites renovar tu software continuamente . Por lo tanto, mirando a muchos años vista, la información estará mucho más segura si estamos generando nuestros documentos usando formatos abiertos con software libre. Luego para el entregable a la imprenta por ejemplo podemos pasarlo a PDF que es privativo. Yo uso OpenOffice trabajo en formato propio (odt) y para el entregable genero un PDF. En el caso que necesitemos subir de versión no necesitaremos comprar nada OpenOffice es gratuito y libre.
No soy el único que piensa esto.
http://www.publico.es/ciencias/180148/edad/digital/oscura
Por lo tanto no solo hay razones emocionales para apostar por la vigencia del libro en papel. También hay razones técnicas, aunque con estas últimas los políticos deberían hacer algo para preservar nuestro patrimonio cultural. No tiene sentido la proliferación de tanto formato digital incompatible. No soy partidario de una libertad que no se usa para el bien común, sino para el lucro de los poderosos. La cultura debería ser mucho más accesible y preservarla de su deterioro. La biblioteca de Alejandría del siglo III antes de Cristo con sus cerca de 700.00 volúmenes según estimaciones, se perdió para siempre. Se cree que en un gran incendio y puede que no fuera accidental, pero actualmente estamos descuidando la conservación de las obras culturales y el balance dentro de un par de siglos puede ser nefasto. De todas formas no parece que en temas de medio ambiente tampoco tengamos intención de preservar mucho para el futuro. Pensamos en nosotros, en nuestros hijos, y en los nietos un poco, menos, en los bisnietos pensamos que no los conoceremos y directamente no pensamos en ellos.
Hablar de futuro de cualquier cosa es siempre muy complicado. Somos excesivamente egoístas y cortoplacistas.
Renzo
Agradezco su artículo, el cual me permitió dar otra mirada al cambio del soporte en papel al digital, fenómeno al que le prestó particular atención debido a la tesis que actualmente preparo: \"El uso inteligente del computador en la investigación científica\" y si bien con ella planteo nuevos paradigmas para la investigación y el dejar atrás las limitaciones del soporte en papel al que muchos se aferran mucho por romanticismo o es así la única razón que encontraba pero sus especificaciones técnicas me permiten echar nuevas luces en su contraparte que no me desanima sino más bien presenta nuevos retos a resolver que permitirán a esta cultura global seguir avanzando con el romanticismo que implica pero que debe direccionarse al conocimiento en si a esa expresión de almas que viaja a través de cualquier canal para llegar de un corazón a otro. No le tema a la cortoplacencia así como tampoco al cambio si bien las industrias entorpecen el acceso a la información y a los formatos por deseo de lucro, también lo hacen las editoriales y es misión del resto buscar las soluciones creativas que den revés a esta problemática.
Un lector amigo de su blog
admin
En realidad no se trata de desanimar el uso la información digital ni de los soportes digitales porque no hay vuelta atrás. Se trata de argumentar las razones por las cuales el libro impreso no desaparecerá. Los inconvenientes de la obsolescencia de la información en soporte digital no es inevitable. Ocurre porque no se están haciendo bien las cosas. Seguramente la política debería intervenir porque a las empresas no se les puede pedir que velen por la cultura ni por el bien común. Ser consciente de estos problemas nos ayudará a evitar desastres en la gestión de nuestros contenidos digitales..