Rodar ahora ‘La vida de Brian’ sería arriesgado, dice Terry Jones [ENG]
La noticia la encontré en Meneame:
Terry Jones, director y protagonista de ‘La vida de Brian’ asegura que hacer una sátira así ahora sería demasiado peligroso debido al resurgir de las creencias religiosas. También admite que no rodaría una sátira sobre el Islam después de lo que le ocurrió a Salman Rushdie.
Me parece un síntoma claro de lo que está ocurriendo con La Iglesia católica en los últimos tiempos. Muchos creyentes han perdido la capacidad para aceptar las críticas, más que nada porque se sienten presionados y frutados por la permanente pérdida de imagen de La Iglesia.
No se trata de que se sientan amenazados en el ejercicio de la libertad religiosa. En España eso no ocurre, y sería gravísimo.
Eso sí ocurre en Egipto donde la comunidad católica copta es una minoría en el país, y donde no existe el mismo respeto a las creencias que en España.
Siempre hay un cierto problema con las religiones minoritarias en todos los lugares del mundo, pero lo que marca la principal diferencia es la voluntad política de garantizar la libertad religiosa, y eso en España sí está garantizado.
Los católicos en todo el mundo lo que sienten es que su buena imagen está amenazada. El peligro para hacer una película satírica en estos momentos, tiene que ver con la propia debilidad de La Iglesia por su pérdida de imagen. Antes esas sátiras eran más fáciles de ignorar. Ahora cualquier cosa es interpretada como ataques del laicismo agresivo a la Santa Madre Iglesia.
No es lo mismo criticar a una institución tenida mayoritariamente por santa, que a una tenida por encubridora de pederastas. La Iglesia pierde imagen por sus propios pecados, pero no pierde poder financiero y político, y lo usa fanatizando a sus creyentes para defenderla.
Este papa está convirtiendo a los creyentes en soldados de Cristo, y no están para bromas de ningún tipo.
La blasfemia es una irreverencia hacia lo venerado por una religión, pero en nada se diferencia de una infamia, salvo por el hecho de que la ofensa se dirige a un colectivo muy grande.
En algunos países, la blasfemia, no es un delito sino que está considerada una forma de libertad de expresión, pero en otros, especialmente aquellos que tienen como religión oficial el islam, la blasfemia sí es considerada delito.
En 2010 entró en vigor en Irlanda una ley antiblasfemia que castigaba con una multa de hasta 25.000 euros a quien publique o difunda una expresión, manifiestamente abusiva o insultante relacionada con algo tenido por sagrado por cualquier religión.
Para demostrar lo estúpido y arbitrario de esa ley, los ateos irlandeses publicaron en su web veinticinco citas blasfemas de individuos como Jesús, Mahoma y Benedicto XVI (cada uno de los cuales ha blasfemado contra dioses que no son el suyo), retando así a la Justicia a que emprenda acciones legales. También serían blasfemias todas las declaraciones científicas que fueran contrarias a las estupideces infumables recogidas en los textos sagrados sobre temas trascendentales como los orígenes del universo, de la vida, o del ser humano.
Lo cierto es que la blasfemia en un país democrático ha de considerarse un derecho, no un delito.
La ley irlandesa no es inofensiva, ha servido para que los países islámicos, liderados por Paquistán, utilicen la existencia de esta ley para promover nuevas leyes sobre la blasfemia en la ONU.
Cuando la religión como ideología traspasa el ámbito privado de las personas, pierde su condición de respetable e inatacable, porque el intento de difundir una ideología, sea religiosa o no, es pura manipulación.
Las ideologías conforman ideas empaquetadas para ser defendidas en grupo, y por ello su difusión, es en sí misma un atentado contra la libertad individual de pensamiento.
Las ideologías son siempre un instrumento estupidizante que se usa para uniformar el pensamiento de un colectivo lo más amplio posible.
Si yo tuviera intención de provocar, habría encabezado mi artículo con una imagen blasfema, pero las blasfemia tampoco implica mérito alguno, simplemente es un derecho.
Posiblemente existan obras mediocres que por puro oportunismo usen la blasfemia como medio para adquirir notoriedad, pero la culpa de ello la tienen los que agreden a esas obras más irrelevantes que irreverentes.
El hecho de que un director de cine diga que ahora no se atrevería a hacer una película como ‘La vida de Brian’ indica la pérdida de libertad en el seno de la sociedad a manos de una Iglesia cada día más retrógrada. ‘La vida de Brian’ o ‘Los versos satánicos’ son libertad de expresión.
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