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Distinguiendo lo que es ciencia de lo que no lo es.

Este artículo es una reacción a un artículo de Alexis Rebolledo que me parece muy valioso y quisiera comentarlo públicamente para aportar mi humilde granito de arena en este importante asunto.

Siento auténtica pasión por la ciencia y por el método científico. Si la gente comprendiera porqué la ciencia es tan importantes, sería menos manipulable y menos dada al auto engaño. Dos males capaces de convertir a las sociedades humanas en auténticos infiernos de autodestrucción.

El título del artículo de Alexis llamó mi atención.

El Bosón de Higgs, las bacterias de arsénico y las Ciencias Sociales

La ciencia tiene por buen hábito el comunicar los resultados de sus investigaciones en diversas revistas especializadas. Las más confiables son aquellas que cuentan con sistemas de revisión de artículos, el denominado peer review, sistema de escrutinio riguroso, técnico-procedimental, que da luz verde a la publicación de un estudio en atención a criterios de validez y consistencia teórico-empírica. En palabras simples, la buena práctica científica supone la exhibición tanto de los resultados como de los procesos que condujeron a tales. Este ejercicio le otorga el carácter público, transparente, al proceso de producción de conocimiento científico, favoreciendo así la replicabilidad de las experiencias investigativas para que se examine la validez y confiabilidad tanto del constructo teórico como de los resultados derivados de la estrategia metodológica utilizada.

Todo esto en efecto es muy importante, pero hay que comprender el motivo. Aquí podría no quedar claro algo esencial, y por ello me atreveré a complementarlo con mi punto de vista.

Lo importante en ciencia, querido lector, no es lograr conseguir un amplio consenso, que podría tener cierto valor cuando se trata de personas serias y rigurosas con trayectoria científica destacada. Aquí lo esencial es el propio rigor y la verificación de los hechos que se postulan.

Considero muy importante recalcar que el consenso en sí mismo, no garantiza que algo sea cierto. La no es un asunto que dependa del éxito democrático de una propuesta.

Es demasiado frecuente confundir la verificabilidad de la realidad con el consenso. Trasladar la propia responsabilidad de entender un asunto a la opinión autorizada en un experto en la materia, no nos autoriza a hablar como expertos y si lo hacemos estamos causando distorsión en la percepción de la realidad de aquellos que nos escuchan. Consciente o inconscientemente nos convertimos en manipuladores ideológicos cuando nos hacemos eco de las opiniones de los demás sin comprenderlas y aceptarlas como ciertas de una manera reflexiva crítica y rigurosa.

La verdad no es un asunto democrático. La clave no está en poner de acuerdo a la gente sobre un asunto para poder proclamar el asunto como algo cierto.

Alexis menciona uno de los casos más llamativos y recientes sobre los errores en la ciencia.

Dos investigaciones independientes realizaron un examen empírico a partir de los datos entregados por la NASA y zas! en toda la boca: HIPÓTESIS REFUTADA. Fue en la misma revista Science que se publican los resultados de estos dos estudios, el primero, titulado:GFAJ-1 Is an Arsenate-Resistant, Phosphate-Dependent Organism, y el segundo llamado Absence of Detectable Arsenate in DNA from Arsenate-Grown GFAJ-1 Cells. Ambos papers dicen, básicamente, que la bacteria no es «superpoderosa» porque no puede sustituir el fósforo por arsénico para vivir, tal y como se había anunciado.

Algo parecido pasó con los hallazgos sobre una posible velocidad superlumínica de los neutrinos. Alex acierta al señalar la importancia de la transparencia y de la veraficabilidad del método empleado en una investigación, pero quisiera insistir en que la clave no es que mucha gente pueda conocer esta información, sino que todo aquel que lo desee, pueda verificar el experimento de forma totalmente independiente y así certificar un resultado coincidente con el de la investigación original o no.

En resumidas cuenta, en ciencia la máxima fiabilidad no proviene ni de las opiniones, ni de los consensos, sino de los hechos y esto es algo muy importante, porque son muchas las disciplinas del conocimiento que pretenden para sí el distintivo de ciencia cuando en realidad solo son estudios más o menos consensuados entre sesudos opinólogos que se entretienen contrastando entre ellos opiniones sin una base sólida factual.

Comprendo que quizás no es mucho lo que he añadido al estupendo artículo de Alexis, pero aún así he querido hacerlo y aportar algo porque lo considero un asunto le la máxima importancia.

La repercusión social de la ignorancia:

Vivimos en sociedades fuertemente manipuladas y eso se consigue incentivando ciertas formas borreguiles de pensar, donde el rigor, el amor a la verdad y a la ciencia no existen.  Sin una buena educación no existe la libertad. Necesitamos tener un mínimo de información para no ser tan manipulables. Dejar en manos de políticos y de la industria el destino de la humanidad es no entender que a ellos les interesan más los beneficios a corto plazo que la sostenibilidad del planeta. Dediqué mi anterior artículo a las petroleras donde esto queda bastante claro.

No tener una buena formación es una pésima inversión y una grave irresponsabilidad.

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2 comentarios

  1. Alexis Rebolledo

    Estimado, muy agradecido por considerar mi post para escribir esta entrada. Hoy en día asistimos a una avalancha de premisas sin sustento metodológico más que la pura «autoridad» de quien las emite. La improvisación e ignorancia se revisten de espiritualidad y misticismo para darle valor a lo que no lo tiene empíricamente, mas lo que es aún más dañino es al discurso escondido en ropajes de cientificidad pero que es incapaz de exhibir su método.
    Muchos saludos

    Alexis R.

  2. Antonio Castro

    Los que critican a la ciencia suelen recurrir a la afirmación de que «la ciencia no lo sabe todo». Precisamente eso suelen decirlo los que hacen afirmaciones sostenidas en la nada que son la antesala de las supersticiones, las pseudociencias y las religiones.

    Vivimos en la era de la información pero las mentiras parecen circular al doble de velocidad que las verdades porque desde pequeños se nos enseña a memorizar toda clase de materias, pero no se nos enseñó a pensar con rigor.

    Habría que reflexionar sobre el valor de la educación porque ¿Acaso da lo mismo comer basura que alimento de primera calidad?

    Un cordial saludo

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