Esa es la pregunta que surge ante la existencia de tanto sufrimiento. Yo no pude ver más de cinco minutos de este durísimo vídeo:
Las religiones y el sufrimiento:
¿Dios es todopoderoso, todo bondad, sabiduría y misericordia? Si después de ver este vídeo, tú crees en ese Dios, ¿a qué esperas a ir allí para ayudarles protegido por tu todo poderoso Dios?
Yo al menos soy sincero y reconozco que no creo en religión alguna. Creo además que algunas religiones, son nefastas, pero me centraré en la católica, simplemente porque es la que conozco mejor. Prefiero ser huérfano de religión que tener un Dios padre que permite tanta barbaridad absurda.
El catolicismo y el sufrimiento:
El Vaticano no solo ha sido incapaz de explicar la razón de la existencia del sufrimiento con un mínimo de lógica, sino que ha contribuido gratuitamente a él con sus ideas retrógradas homófobas, misóginas, con su aversión a los preservativos para prevenir el SIDA, y con la falta de voluntad para erradicar los comportamientos pedófilos en el seno La Iglesia.
La homofobia no solo hace sufrir a los homosexuales. En algunos países se les condena a muerte por ello, y la moral católica no hace sino contribuir a empeorar esta situación tan cruel.
En el Libro de Job se sugiere la imposibilidad de explicar los designios de Dios de la misma forma que una hormiga no podría entender los argumentos de un humano. Este tipo de excusa y otras como las que se refieren a los reglones torcidos de Dios, son solo meras invitaciones a desautorizar cualquier intento racional de crítica sobre esas ideas absurdas.
Lo que si creo, es que las buenas acciones no necesitan la envoltura de la mentira. Es más, creo firmemente que estas mentiras revestidas de falsa virtud y de una condición supuestamente sagrada, se usan con demasiada frecuencia para justificar lo injustificable.
Tampoco creo que ningún ser humano esté por encima de la ley, ni que ningún encubridor de la pederastia, por muy católico que sea, deba ser perdonado por sus crímenes. alguien así no debería pasearse libremente por la calle o por Twitter (Benedicto XVI: @pontifex), haciendo apología indecente de un Dios tan indolente, que ni siquiera vela por la higiene moral de su «Santa Casa».
Ernie Perez
Antonio, estoy seguro que la pregunta la haces de una forma retórica, porque te encuentro demasiado racional para creer que somos algo más que un organismo entre tantos otros en este multiverso.
Nosotros los seres humanos acabamos de llegar en escena hace tal vez un par de millones de años en una tierra de cuatro mil quinientos años de antigüedad.
En su excelente libro Mente, Vida y Universo Lynn Margulis y Eduardo Punset (p 203) nos explican como en el comienzo en un planeta como el nuestro con una atmosfera compuesta de gas metano aparece una bacteria de color azul verduzco llamada cianobacteria que respira metano y como parte de un proceso de fotosíntesis exhala oxigeno el cual le es tóxico y de esa manera comienza a oxigenar la tierra y eventualmente al pasar los milenios crea un ambiente lo suficientemente amigable para que comiencen a aparecer organismos que respiran ese oxígeno dando así comienzo al largo proceso de lo que conocemos como la evolución.
Eso para mi tiene mucho más sentido que un dios creador que manda a su único hijo a salvar a su creación que la había hecho tan mal que alguna vez la trato de ahogar con el famoso diluvio (Gilgamesh).
Dios es una creación humana que cubre la necesidad que tiene el hombre de explicar lo inexplicable o de solucionar lo irremediable.
Somos una criatura como cualquier otra y estamos en esta tierra con el principal propósito de perpetuar la especie como el resto de los organismos.
Tan sencillo como eso.
Ernie
Antonio Castro
La historia de la vida está escrita fielmente en un inmenso libro cuyas páginas son los diferentes estratos geológicos y cuyas frase son los organismos fosilizados junto a sus depredadores, junto a sus presas y junto a sus restos fosilizados de sus excrementos (coprolitos) entre los cuales se puede distinguir lo suficiente como para saber de que se alimentaban.
Sabemos mucho de como vivían nuestros ancestros geológicos y de la historia evolutiva de las diferentes especies incluida la humana. Los eslabones perdidos de muchos organismos, se han encontrado acudiendo a lugar que la historia de la evolución sugiere y escarbando en el estrato correspondiente al tiempo geológico que sugiere el resto de su historia conocida.
El conocimiento humano no proviene de las historias inventadas por otros seres humanos, sino de los hechos constatables de forma universal por una comunidad científica calificada de materialista por Benedicto XVI. Una ciencia a la que acudirá cada vez que se ponga enfermo.
La existencia de un hipotético Dios no puede ser rechazada científicamente porque la inexistencia de cualquier cosa es indemostrable. La ciencia tiene claro que no existe nada que corrobore la necesidad de la existencia de un creador universal, y que su existencia lejos de lograr explicar algún misterio, introduciría millones de nuevas interrogantes.