Quizás ellos tengan más suerte que muchos ciudadanos que venimos reclamando lo mismo.
Primero fue esto:
Coalición Canaria aglutina a la oposición contra el PSOE, el canon y la opacidad de la SGAE
El pleno del Senado aprobó ayer una moción de Coalición Canaria en la que se insta al Gobierno a que modifique la Ley de Propiedad Intelectual y la normativa que regula las entidades de gestión de los derechos de autor para que se exima a las administraciones públicas del pago del canon digital.
Pero ahora parece que no se conformarán con eso. Si tienen éxito la SGAE será auditada, cosa que demasiada gente viene reclamando desde hace mucho por motivos de peso.
El Senado quiere auditar las cuentas de la SGAE
En la actualidad estas cuentas son secreto de sumario y a pesar de que gran parte del dinero procede de las “aportaciones” de los consumidores a través del Canon sobre soportes de almacenamiento no se han presentado públicamente nunca.
¿Será la crisis la que sirva para que se cierre este grifo de despilfarro injusto? Hago constar que Coalición Canaria no son los únicos que están en esta línea:
Rosa Díez (UPyD) demanda un control público sobre la SGAE (6-abril-2010)
La diputada de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) en el Congreso, Rosa Díez, es partidaria de que las entidades de gestión como la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), se sometan a un control público porque, a su juicio, la entidad que preside Teddy Bautista carece de «transparencia» y en ocasiones hace cosas «impresentables».
Para mí la SGAE y sus amigos en la política, representan el mayor ataque a las libertades que sufre este país. La ministra Ángeles González Sinde debería haber sido ministra por estar en ese puesto al servicio de sus propios intereses en la industria de distribución de obras protegidas por copyright.
Además, su famosa ley tampoco es de recibo por arrebatar a los ciudadanos una capacidad de defensa legal efectiva. Las comisiones propuestas en dicha ley actuarían como juez y parte interesada vulnerando así nuestra presunción de inocencia, nuestro estado de derecho, y nuestra constitución que recoge nada menos que aquello que se considera absolutamente esencial.
La Ley Sinde es puro fascismo.
Por eso es bueno que para variar algún partido de vez en cuando demuestre verdadero espíritu democrático.
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