Dediqué mi artículo anterior al enfoque que el señor Enrique Dans demuestra en el caso Wolksvagen. Dije entonces que no estábamos ante un mero problema aislado referido a una empresa concreta. Estamos ante algo mucho peor. Estamos ante decisiones políticas que no benefician al bien común.
Defendí que en realidad estábamos ante un problema muy sensible que permitía ver cuales son los principales fallos de nuestro modelo político y social a nivel global.
Dije que que Enrique debería ponerse las gafas de ver para no contribuir con su ceguera a la intoxicación mediática que demasiadas veces sufrimos los ciudadanitos y señalé el tipo de lobbies que Enrique sí critica con gran dureza que son todos aquellos que son auténticos enemigos del progreso tecnológico.
Hoy todos nosotros, y también Enrique, nos rasgamos las vestiduras por lo ocurrido en el Parlamento Europeo. El señor Dans escribe un artículo muy certero y muy bien explicado titulado: «Neutralidad de la red y parlamento europeo: así de sencillo».
Enrique Dans borda este tipo de artículos pero debríamos ir a la causa de una serie de problemas gravísimos. Esta causa es la forma en la cual la política que se debe al bien común ha caido bajo el poder de influencia de grandes lobbies económicos.
El tema de Volkswagen y la inacción política que lo permitió, puso de relieve como slos políticos prefirieron dar más importancia a la propiedad intelectual de las empresas que a la salud de nuestra atmósfera y de nuestra seguridad al autorizar el uso de software opact en automóviles y delegar los controles en la propia empresa. Wolksvagen no fue suficiente hábil haciendo trampas y una vez que ha sido descubierto sus propios amigos en la política le dan la espalda. El daño ha sido desproporcionado.
Para comprender el daño que se está haciendo con la propuesta que se hizo en el parlamento euro peo que mata a Internet tal y como la conocemos tiene que leer el artículo de Enrique Dans, pero en él no verá la explicación de la causa política de porque ocurrió esto ni de por qué ocurrió lo de Wolksvagen o porqué ocurren otras muchas barbaridades.
La verdad es aquello que persiste aunque nadie la defienda y en lo que respecta al cambio climático, es verdad se está revelando de una forma tan amenazadora que el mero miedo a sus consecuencias ya ha empezado a provocar reacciones muy curiosas.
Bill Gates, que no es una hermanita de la caridad, (recordemos fue sancionado en más de una ocasión por abuso de posición), recientemente ha llegado a afirmar que: «Solo el socialismo puede salvarnos del camblo climatico»
Yo creo que el socialismo también padece la misma enfermedad. Hace falta una auténtica regeneración de la democracia que evite la corrupción política, que evite la intoxicación por parte de los poderes económicos, que garantice la independencia del poder judicial y que haga prevalecer el bien común sobre el poder de unos pocos. Como Bill Gates es norteamericano, quizás sea esto lo que él entiende ahora por socialismo.
El caso es que la globalización de los mercados ha conducido a una corrupción de toda la clase política a nivel mundial. La democracia y las constituciones al uso no están preparadas para afrontar el nuevo escenario económico.
Esa es la causa de la perversión de la política, del aumento del diferencial de riqueza en todo el planeta, de la ausencia de la defensa de los derechos humanos, y de la falta de reacción contra el cambio climático.
Da igual que ideología diga defender un partido, si es corrupto no le votes, porque es tu enemigo. Estamos perdiendo derechos a una enorme velocidad.
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